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Existen tantas cosas que nos recuerdan a Málaga. Olores, sensaciones, tradiciones, objetos, historias… Y es que en Málaga tenemos identidad propia, cosas que son solo nuestras. Por eso, para conocer a fondo Málaga y su gente, no puedes perderte este apartado con lo más típico de Málaga y provincia.
Durante tu visita a Málaga probablemente llamen tu atención unos ramilletes de flores blancas que se venden en la calle. Se trata de las biznagas, y son uno de los símbolos de la ciudad.
Aunque debido a su elaboración son tradicionales del verano, el buen clima de Málaga hace posible que se confeccionen durante todo el año. Te explicamos en qué consisten, dónde encontrarlas y su presencia en algunos de los eventos más importantes de la Costa del Sol.
El origen de la palabra “biznaga” procede del árabe: “regalo de Dios”. Antiguamente, se usaba como ambientador, ya que tiene un olor muy agradable, o como remedio natural contra los mosquitos.
Hay muchos tipos de jazmines, pero el más utilizado es el Jazmín Real, que es blanco y con un aroma dulce. En la actualidad ha pasado a ser uno de los emblemas de Málaga.
Se conoce como “biznaguero” al vendedor ambulante de biznagas, quien va ataviado con un traje popular y suele portar las biznagas en una penca (hoja de chumbera).
También es él el encargado de confeccionar la biznaga, empezando su trabajo mucho antes del verano. Es en los meses previos a la llegada del calor cuando se recolecta el nerdo; tras su recolecta, tiene que arreglar la planta quitándole las hojas y ramas que sobran, hasta dejar solo lo que será el soporte de la biznaga.
Después, le tocará secarlo para que se quede rígido y beige para poder introducir los jazmines. Llegado el verano, recolectará la penca, y le quitará los pinchos y los jazmines.
Su figura está homenajeada con la Estatua del Biznaguero, que se encuentra en los Jardines de Pedro Luis Alonso.
El CENACHERO es un pescador que va pregonando por las calles de Málaga el pescado fresco que lleva en su cenacho o espuerta de esparto, haciéndola bailar. Es un oficio ya desaparecido, pero es junto a la Biznaga uno de los símbolos más populares de la ciudad de Málaga.
Los cenachos se hacían de forma artesanal con esparto, y se llenaban en las playas del litoral donde se sacaba el copo. Normalmente vendían boquerones vitorianos, pero también jureles, sardinas o chanquetes. En la escultura se aprecia cómo iba vestido el cenachero tradicional: con un fajín, los cenachos colgados, y un sombrero para aliviar el calor.
Fruto del hermanamiento de Málaga con la ciudad americana de Mobile, en Alabama, el Ayuntamiento de Málaga donó una réplica de esta escultura, la cual está instalada en una plaza de dicha ciudad estadounidense.
Una embarcación con 3.000 años de historia
¿Sabías que existe una clase de embarcación propia de la provincia de Málaga? Son las jábegas, la aportación de la Costa del Sol a la historia de la náutica. Una embarcación que se ha convertido en un auténtico símbolo de Málaga.
Las jábegas son un testimonio vivo de 3.000 años de antigüedad que ha sobrevivido al paso de los siglos convirtiéndose en todo un emblema de Málaga. Son embarcaciones de remo, concebidas para la pesca, que suelen rondar los diez metros de eslora y los dos metros de ancho. Son propias de la Costa del Sol, y han llegado a nuestros días con rasgos distintivos de las culturas milenarias que habitaron en esta tierra: los ojos pintados en la proa o el remo a modo de timón te transportarán al tiempo de los fenicios.
Actualmente la jábega se conserva como historia viva de de Málaga y su origen pesquero ha dado paso a un carácter más deportivo. De hecho, existe una liga de jábegas que se celebra durante los meses más cálidos, y en la que puedes ver competir embarcaciones de toda la Costa del Sol.
Los corralones son un tipo de residencia tradicional en el que convivían familias muy modestas. Estas se hicieron populares allá por el siglo XIX. Generalmente este tipo de viviendas se pueden encontrar en Andalucía. Aunque se encuentran especialmente en algunos barrios de Málaga.
Son edificios de alojamientos sociales plurifamiliares que se asoman a un gran patio o plazuela central. Aquí, los vecinos hacían vida común.
Los corralones comenzaron a construirse en España hacia el siglo XV, pero no fue hasta el siglo XIX cuando su construcción cobró un importante auge. Se convirtieron en la vivienda popular por excelencia de la ciudad de Málaga. Fueron durante mucho tiempo el símbolo del pueblo llano.
Tras el Plan Especial de Rehabilitación Integral de los barrios de la Trinidad y el Perchel en la década de los 90, se comenzaron a construir nuevos corralones. Con esto se pretendía mantener esta tipología social y urbanística. Actualmente existen censados un total de 106 corralones entre estos dos barrios.